El sudoku de Simeone y de Gil Marín

El sudoku de Simeone y de Gil Marín a falta de cinco días para el debut liguero del Atlético ante el Granada amenaza con hacerles estallar la cabeza porque encajar todas las piezas parece imposible. Sigue sin estar clara la plantilla, ni en el capítulo de entradas ni de salidas, y todo hace indicar que la situación se va a mantener hasta el último día de mercado, el jueves 31 de agosto. El caso Joao es el que más preocupa porque las dos partes tienen claro que quieren romper su relación, pero no encuentran una vía de escape.

El Al-Hilal árabe ha sido la última puerta a la que ha llamado Mendes, pero el Atlético se niega a dejar marchar al portugués salvo que sea traspasado o con una cláusula de compra obligatoria porque considera que en caso contrario lo único que conseguirá será devaluar aún más a un jugador cuyo precio está por los suelos. Los árabes se lo piensan. Son exóticos, pero no tontos, y desconfían de adquirir un compromiso de tanta exigencia económica con un futbolista cuya trayectoria no invita al optimismo.

El segundo problema sobre la mesa es el del turco Soyuncu, que todavía no ha podido ser inscrito por exceso de fichas. El Atlético tiene decidido ceder a Mouriño al Zaragoza, pero no ha dado el paso todavía ante la posibilidad de que Savic o Hermoso abandonen la plantilla rumbo precisamente a Arabia. En ese caso se mantendría al uruguayo y Soyuncu sería inmediatamente inscrito. De todos modos, este asunto debe resolverse en las próximas horas ya que el turco debe jugar como titular el lunes ante el Granada, ante las ausencias de Giménez por lesión y de Witsel por sanción.

El tercer e inesperado frente abierto es el de Sergio Camello. El Atlético había llegado a un acuerdo para su traspaso al Cádiz por cinco millones de euros, pero el delantero se ha negado porque quiere volver al Rayo. Los gaditanos, indignados, han sacado incluso un comunicado oficial retirándose de la puja por el futbolista madrileño, que le ha provocado un roto a su club, que contaba con esos cinco millones. El Rayo no puede llegar a esa cantidad.

Sin el medio centro deseado, sin resolver tampoco el futuro de Carrasco…demasiadas incógnitas que se ciernen sobre un equipo que necesita más estabilidad de la que ha tenido durante la pretemporada, y que estará con la soga al cuello hasta que se cierre el mercado el próximo día 31.